Sí. Aunque suene imposible, es más común de lo que parece. Y es normal. La adrenalina está por los cielos. Tu preocupación está en verte bien, que tu maquillaje no se corra o que tu peinado permanezca intacto. Tal vez estás enfocada en saludar a todos los invitados. O estás pensando en cambiarte tus tacones por unos cómodos tenis. Sin importar lo que sea, tu mente está en otro lado, por lo que olvidar bailar el vals con tu papá no es imposible.
El baile de padre e hija es una celebración, una muestra de confianza del padre hacia su nuevo yerno. Este baile proporciona un dulce momento de conexión familiar. La danza padre-hija es una forma de destacar a la persona que ayudó a guiar a los recién casados a través de la vida. Sin duda un momento significativo. Tanto para la novia como para el novio.
Si bien el amor de un padre es duradero. La vida que él y su hija han compartido siempre estará presente. Es aquí donde nace la importancia de bailar el esperado vals. Para muchos, su padre es un mejor amigo, un maestro o nuestro consejero más apreciado. Un oyente fantástico que es capaz de ver las cosas desde una perspectiva sensata que le permite impartir una sabiduría increíble. Aunque imperfecto, siempre busca la manera de hacer felices a las personas que lo rodean. Aprovechar este momento para celebrarlo es el mejor regalo que podemos ofrecerle.
Antes de tu boda, toma el tiempo para reflexionar y apreciar todo el apoyo que tu papá te ha brindado. Atesora los recuerdos que tienes de él. Cada momento que te hizo reír, cuando te enseñó algo nuevo o simplemente cuando te recogía después de la escuela. Para él, siempre serás su pequeña hija. Utiliza toda esa inspiración que te ofreció para lograr formar una vida de abundancia y satisfacción.
Así que, más que una tradición o una oportunidad para tomar unas lindas fotos; es un momento de gratitud. Porque tienes la fortuna de tenerlo. Él fue el primer hombre en tu vida que te mostró qué es el amor. Un amor incondicional que te acompañará por siempre.
